OBITUARY (Span.) • Frederick G. Morgan (1940-1999) • Recorder Maker

Necrología de FRED MORGAN (1940-1999) por RODNEY WATERMAN ©

[Translation by Bárbara Sela,  published in the Spanish Revista de flauta de pico]

Su profunda comprensión de la naturaleza de las flautas históricas inspiró su maestría creadora como fabricante de instrumentos

Fred Morgan, Daylesford Workshop 1984/5. Photo by Nola Ryan

Cuando el virtuoso flautista y director Frans Brüggen recorrió Australia con su Orquesta del Siglo XVIII en 1985, los músicos utilizaron instrumentos fabricados por los mejores artesanos de los siglos XVII y XVIII. El maestro tocó en flautas fabricadas por Frederick G. Morgan de Daylesford.

Fred, fallecido en accidente de automóvil a los 59 años, tenía reputación internacional como uno de los más grandes exponentes modernos del arte de la fabricación de flautas dulces. Sus instrumentos aparecen en centenares de grabaciones de los mejores flautistas del mundo.

Hijo de Frank y Violeta Morgan, empezó a tocar la flauta a los 12 años en la casa familiar de Mentone, Victoria. Su hermano mayor, David, tocaba el piano. Más tarde Fred estudió arte comercial en la Universidad Técnica de Melbourne.

En 1959 aceptó un trabajo temporal en la fábrica de flautas Pan en Hawthorn, donde el jazzman australiano Ade Monsbourgh había estado fabricando flautas escolares desde 1951. Allí Fred se enamoró de la fabricación de flautas, y se quedó en Pan diez años más.

Fred era un flautista muy talentoso; como solista, actuó en el Festival Bach de Melbourne, con los Tudor Choristers y la Coral de Melbourne; el Frederick Morgan Recorder Consort dio muchos conciertos entre 1964 y 1969 y a menudo era acompañado al teclado por la primera esposa de Fred, Jan.

Con el flautista inglés Carl Dolmetsch y el cuarteto de cuerda de Paul McDermott, Fred interpretó el Cuarto Concierto de Brandenburgo de Bach en 1966 en el Wilson Hall de la Universidad de Melbourne. Utilizaron las flautas en que Bach pensó, no las flautas orquestales utilizadas normalmente entonces; el renacimiento de la Música Antigua en Australia había comenzado seriamente.

Siguió tocando a lo largo de su vida, sobre todo en los años setenta con sus esposa Ann Murphy, una de las principales clavecinistas de Australia, pero cada vez más las demandas de la fabricación de flautas iban ocupando su tiempo.

En 1970, con la ayuda de una beca Churchill, visitó Europa y los Estados Unidos para medir y hacer dibujos técnicos detallados de las flautas originales de museos y colecciones privadas. La profunda visión ganada gracias a estos estudios sería la base de su destreza como fabricante de buenos instrumentos. También tomó algunas clases de flauta con Brüggen en Amsterdam, y se armó de valor para mostrarle algunos de sus instrumentos. Brüggen quedó impresionado y se corrió la voz sobre el talento de Fred. Más tarde, en 1973, Brüggen compró su primera flauta Morgan.

Cuando las flautas de Fred aparecieron de forma prominente en las actuaciones inaugurales del la Competición Internacional de Música Antigua de Brujas de 1972, su futuro como fabricante de flautas estaba espectacularmente asegurado. Seis flautistas usaron flautas soprano en diapasón bajo de Morgan para el concierto de Sammartini. En pocos días su taller, entonces en Fitzroy, Melbourne, se inundó con pedidos internacionales.

Era un artesano meticuloso y particularmente hábil con el «voicing» –el delicado acabado final del canal de aire, que determina de forma crítica la calidad de sonido de la flauta–. Las notas del CD del flautista sueco Dan Laurin atestiguan esto: «Mis agradecimientos más cordiales y calurosos a Fred Morgan, el fabricante de mis flautas, que me ha dado una voz con la que cantar».

Fred escribió una vez que los cuatro aspectos más importantes del carácter de una flauta y la interpretación con ella son: «discurso, afinación, un bello sonido y un buen aspecto». Le encantaba hacer flautas raras en diferentes diapasones. Fue pionero en el desarrollo de la flauta de tipo Ganassi moderna, hoy en día ampliamente utilizada como instrumento preferido para el repertorio solista medieval, renacentista y del Barroco temprano.

En 1982 hizo una visita a Dinamarca expresamente para medir dos flautas del s. XVII hechas de colmillo de narval para el Rey Christian IV, recién descubiertas en el Castillo de Rosenborg por la flautista danesa Eva Legene. Como consecuencia fabricó un lote de exquisitas flautas de arce derivadas de estos originales, y algunos años después, incluso talló un par de colmillos de narval que le llevó Legene.

Fred compartía generosa y pacientemente sus habilidades y conocimientos con todos los músicos y fabricantes de instrumentos que peregrinaban a su taller. Era muy popular en los campamentos y festivales musicales; además de ser un buen conferenciante, escribió muchos artículos publicados en revistas australianas e internacionales. Era patrocinador del Victorian Recorder Guild y editor asociado de su revista.

En 1978 Fred abrió un taller en Amsterdam, para estar más cerca de los grandes flautistas europeos y sobre todo de los instrumentos originales que tanto le inspiraban. Durante este tiempo fue profesor de construcción de instrumentos en el Real Conservatorio de Música de La Haya, y midió e hizo dibujos de todos los instrumentos históricos en la colección privada del flautista Frans Brüggen. Zen-On publicó una preciosa edición de estos dibujos en 1981.

Finalmente, el bullicio de Amsterdam no pudo sustituir la privacidad de la rural Victoria en Australia. El corazón de Fred estaba más cercano a los campos que se extienden alrededor de Wombat Hill, Daylesford. Allí volvieron Fred y Ann en 1980.

En 1986 Fred trasladó su taller del municipio de Daylesford a un lugar a tiro de piedra de la casa familiar en Snake Hill, Coomoora (al nordeste de Daylesford), y en este idílico escenario continuó refinando y mejorando sus habilidades como fabricante de flautas. Hasta el día de su intempestiva muerte, estuvo experimentando con nuevos diseños de flautas; su pasión por la innovación no flaqueó, y nunca estaba satisfecho de sí mismo.

Fred era un manso gigante, y es notable que sus grandes manos fuesen capaces de tal sutileza. Era cortés y tímido. Pero la voz de Fred cantará de ahora en adelante a través de sus instrumentos y el mundo continuará siendo tocado por la magia de su arte.

Deja a su mujer, Ann, sus hijos, Ben y Finn, y su hija Sally de su primer matrimonio.

Obituary also in English / German

Fred Morgan Discography (2004)

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